A Felipe le encanta el escenario. Le apasiona el teatro y sueña obras enteras por la noche, que plasma en papel al despertarse. Junto con sus amigos, se pasa el día rapeando en la playa y tomando clases de interpretación. Su madre no sabe nada de las ambiciones de su hijo. No ve con buenos ojos que Felipe sueñe despierto y juegue con papeles e historias. Entre otras cosas, porque el padre de Felipe también fue actor hasta su muerte. Cuando Felipe tiene la oportunidad de participar en una audición en la capital, Montevideo, se pone en marcha por su cuenta. Con la esperanza de encontrar allí rastros de su difunto padre, se encuentra en Montevideo con su abuela, a la que no ha visto desde la muerte de su padre. Felipe aprende secretos sobre su familia, los sueños y la realidad, la verdad y la mentira se desdibujan poco a poco. A través del encuentro con su propia historia, Felipe se convierte sucesivamente en la persona que le gustaría ser.