En medio de la selva colombiana al suroeste del país, un extraño espectáculo se revela entre pendientes empinadas y pantanos resbaladizos que parece un monumento a la locura humana: una curva hecha de cemento, sin principio ni final. Originalmente fue planeada para convertirse en una importante conexión entre Pasto y Mocoa, un proyecto ambicioso que fracasó rápidamente; haciendo que la naturaleza, con el tiempo, recuperara lo que alguna vez le perteneció́.
Hoy en día, esta estructura inconclusa sirve como punto de atracción para aquellos amantes de los “selfies”, y como teatro absurdo de la condición humana. Con impresionantes tomas de paisajes, Simón Uribe cuenta como el fracaso de un proyecto les roba a los habitantes de la región la esperanza de una vida mejor.